Hojas moradas austeras vuelan levemente por la calle, acariciándola de vez en cuando si les da la gana y brillando en el sol dorado del mediodía. Dentro de los susurros de su canción te oigo a ti aconsejándome y regañándome como siempre hacías. En estos momentos taciturnos, en plena vista de mundo y cielo, te lloro.
No es por falta de tu presencia sino por la evidencia de tu espíritu en cada suspiro de atmósfera. Te respiro profundamente y me lleno de tu ser elemental hasta que fluyen las lágrimas- claras, abundadas y tiernas.
Te agradezco mucho por estas oportunidades- por el chance de sentirte cerca aunque estés tan lejos de mí. Yo vuelo con las hojas y tú me cargas de aquí a allá donde la luz irradia nuestra unidad eterna.
No es por falta de tu presencia sino por la evidencia de tu espíritu en cada suspiro de atmósfera. Te respiro profundamente y me lleno de tu ser elemental hasta que fluyen las lágrimas- claras, abundadas y tiernas.
Te agradezco mucho por estas oportunidades- por el chance de sentirte cerca aunque estés tan lejos de mí. Yo vuelo con las hojas y tú me cargas de aquí a allá donde la luz irradia nuestra unidad eterna.
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